Ecopetrol: Porqué no permitir su venta y la necesidad de la recompra de las acciones vendidas
“Vender la joya de la corona, no solamente es un absurdo, cuando es la empresa más rentable y con niveles de eficiencia importante en su gestión económica”
Para hacernos una mejor idea de porqué no se debe permitir su privatización parcial o total es necesario saber qué es Ecopetrol y qué representa para Colombia.
Ecopetrol fue creada en 1951 como una empresa industrial y comercial del estado, gracias a la lucha de los trabajadores de la Unión Sindical Obrera, que, ante la reversión de las concesiones petroleras de entonces, pedían que dichos recursos petroleros los explotara el país de manera directa.
En el año 2003 la ola privatizadora iniciada desde principios de la década de 1990 llegó a Ecopetrol, y lo primero que hizo ese gobierno fue escindir su patrimonio y quitarle a esta la administración y el manejo del subsuelo y cambiar su naturaleza jurídica de una empresa industrial y comercial del estado a una sociedad pública por acciones, autorizando la venta del 20% de las acciones de la misma.
Hoy Ecopetrol es un grupo empresarial con alrededor de 29 filiales y subsidiarias y participación en accionaria en varias empresas con su matriz a la cabeza Ecopetrol S.A.
Ecopetrol S. A., en los últimos 10 años ha transferido a la nación 230 BILLONES de pesos, con lo cual el estado financia la inversión en política social del país. Igualmente, por ser una empresa donde el Estado tiene aún la mayor participación accionaria, pues aún conserva el 88,5% de las mismas, el país ha recibido por dividendos la suma de 88 BILLONES de pesos.
Además, Ecopetrol participa en inversiones regionales de impacto en las regiones y en obras para las comunidades, además de mantener un importante régimen de condiciones laborales para sus trabajadores.
Una de las filiales más estratégicas para Ecopetrol es CENIT, la empresa en la cual se encuentran los activos del segmento de transporte por tubos (oleoductos, poliductos, propano-ductos), en la medida que en las épocas de crisis es la que ha mantenido a Ecopetrol y las mayores utilidades le ha dispensado, sin embargo, es otro de sus activos en amenaza permanente de venta y es el origen de la lucha que los trabajadores de los oleoductos, valerosamente sostienen en la actualidad.
Vender la joya de la corona, no solamente es un absurdo, cuando es la empresa más rentable y con niveles de eficiencia importante en su gestión económica, por el contrario, lo que se debe hacer es fortalecer sus líneas de negocio y volverla una empresa fuerte en el mercado de cara a que sea esta empresa la que lidere el proceso de transición energética del país.
Vender a Ecopetrol por otro lado, significa condenar al pueblo colombiano a enfrentar la imposición de nuevos impuestos y retrocesos en la política social del estado de por sí insuficientes y el crecimiento de la miseria y la pobreza o como decía un expositor defendiendo e Ecopetrol eso es como vender la nevera para comprar el mercado.