El sindicato de los trabajadores de la industria petrolera en Arauca nació ante la necesidad de defender los derechos laborales de los trabadores.
Para el año 1980, cuando se firmó el primer contrato de exploración y producción de petróleo en el departamento, se dio inicio a la historia de la industria en Arauca de la que son protagonistas los hombres y mujeres que han servido al sector.
La Unión Sindical Obrera Subdirectiva Arauca, nació, como muchas otras organizaciones sindicales, ante la necesidad de defender a los trabajadores de los atropellos que sufren por parte de las empresas.
En el año 1983, el primer grupo de trabajadores araucanos fue contratado y llevado a la capital del país para su capacitación. En 1986, cuando inició la explotación, trabajadores de Arauca conocían ya de las garantías laborales y los abusos que del Gobierno y empresas eran víctimas, esto motivó a la movilización y a la justa reclamación de sus derechos, siendo atacados y blanco de atropellos que intentaban cesar su lucha.
En la consolidación del sindicato, inicialmente llamado Sintraoxy, se vivieron varias etapas, como la primera Convención Colectiva de Trabajo que cobijaba a los trabajadores araucanos que se firmó en el año 1986. La etapa de unificación, pasó también por la afiliación de los trabajadores a la CUT y a Fedepetrol, pero finalmente, para el año 1996 se adhiere a la USO y se establece la Subdirectiva Arauca.
El número de trabajadores araucanos contratados directamente con Occidental de Colombia nunca ha sido tan alto como se esperaría, en el año 1986 eran por lo menos 166, para el 2018 el número no supera los 76. Esto demuestra la significativa reducción laboral que ha implementado la empresa.
Durante su historia, se data también que desde la USO Arauca se ha defendido el sector ambiental, a las comunidades y a los trabajadores de la región. Se han dado logros importantes como el reconocimiento de la negociación de una CCT cuando en el año 1993 Occidental aceptó negociar la denuncia del artículo primero.
Esto es poco, para lo que se puede contar, lo cierto es que ni las amenazas han apagado las fuerzas de cada día defender a los trabajadores de la desigualdad del gobierno y de las empresas que pretender hacer su voluntad.